Posted by: David y Andrés


El ascensorista

Se presentan dos personajes, uno más alto que otro, pero cualquiera pensaría que una ilusión óptica me engaña. Tanto el primer personaje como el segundo se visten de formalidad; del primero puedo decir que es el que más sobresale en la foto, primero por el color rojo que enmarca su uniforme y segundo por su altura; el segundo personaje parece ser un fantasma, un pobre viejo que es apenas capaz de reír, y aun así, su risa es tímida, como si el primer personaje, que ya lo tiene cogido del brazo fuera a matarle. Mientras el primer personaje pareciera trabajar en un hotel, el segundo personaje parece otro trabajador informal del país u otro ladrón disfrazado de político. El ambiente en que se desarrolla lo descrito anteriormente, es un ascensor, y considerando lo anterior y lo que no se dice, el primer personaje es un ascensorista.

Pensándolo bien, los dos tienen risas tímidas, solo que sus preocupaciones parecen ser de distinta naturaleza; yo veo dos colombianos a los que le subieron los servicios, el bus, la gasolina y el colegio de los niños y que como todo colombiano enfrentan la vida como viene. El viejo mas chiquito parece cargar una maleta en la que puede llevar sentencias laborales o familiares directo a la firma de un notario, o llevar millones de dólares que encontró en alguna habitación del hotel al que no le debe nada o lleva descuartizada a su compañera después de haber tenido una pelea en alguna habitación.

 

Posted by: David y Andrés


La 33

Se presentan 12 desconocidos que parecen conocerme, porque sus miradas son de la mismísima complicidad. Mientras 9 personajes toman un instrumento existen solo tres a los que parecen no importarle el arte; la mayoría tiene sombreros, mientras los más peludos no los usan. Casi todos ríen, solo a unos pocos parecen importarles. En la imagen se notan: tres sofás, un piano, una conga, 4 trompetas, un timbal, una guitarra eléctrica, un saxofón y creo que una marimba. Cerca de 6 personajes portan gafas y menos de 2 parecen no utilizar zapatos informales. En un segundo plano, veo tres casas, con sus tres puertas más coloquiales que un agua de panela.

Como enunciaba, casi todos ríen, parecen ir de fiesta, cada uno con su instrumento formará en algún sitio de una ciudad el sonido de una salsa, es fácil reconocer el nicho salsero y más en la noche. 12 colombianos, unos con deudas, otros felices, pero casi todos me miran como si el mundo fuera un paraíso. Más atrás vemos la cara de un pintoresco barrio colombiano, parece ser más tradicional que bulloso, estos 12 salseros deberían buscar otro sitio más ameno para enfrentar la cámara. Mas allá se resalta una placa con números, pensaría que es la dirección de una casa, pero en ella solo se resalta un numero: 33, no encuentro ni 33 casas, ni 33 ojos, ni 33 pies es mas ni siquiera 33 personas, debe ser uno de esos avisos que se colocan pero no advierten nada.

 

Posted by: David y Andrés